sábado, 22 de diciembre de 2018
jueves, 20 de diciembre de 2018
LA IMPORTANCIA DE LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN
El juez encargado de resolver reunió a los posibles herederos, es decir, al sobrino Juan, al hermano Luis, al sastre y a los jesuitas. Les entregó una copia del confuso testamento para que le ayudaran a resolver el dilema. Al día siguiente, cada heredero aportó al juez una copia del testamento con signos de puntuación.
Así que el señor juez, ante la imposibilidad de nombrar heredero, tomó la siguiente decisión: «... por lo que no resultando herederos para esta herencia, yo, el Juez me incauto de ella en nombre del Estado y sin más que tratar queda terminado el asunto»
UN TESTAMENTO SIN SIGNOS DE PUNTUACIÓN... ¡QUÉ LÍO!
Esta historia demuestra la gran importancia de los signos de puntuación, que pueden cambiar totalmente el significado de un texto:
Se cuenta que un señor, por ignorancia o malicia, dejó al morir el siguiente testamento sin signos de puntuación:
«Dejo
mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se
pagará la cuenta al sastre nunca de ningún modo para los jesuitas todo
lo dicho es mi deseo».
¿CÓMO INTERPRETAR ESTE CONFUSO TESTAMENTO?
El juez encargado de resolver reunió a los posibles herederos, es decir, al sobrino Juan, al hermano Luis, al sastre y a los jesuitas. Les entregó una copia del confuso testamento para que le ayudaran a resolver el dilema. Al día siguiente, cada heredero aportó al juez una copia del testamento con signos de puntuación.
- Juan, el sobrino:
«Dejo
mis bienes a mi sobrino Juan. No a mi hermano Luis. Tampoco, jamás, se
pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas.
Todo lo dicho es mi deseo».
- Luis, el hermano:
«¿Dejo
mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¡A mi hermano Luis!. Tampoco, jamás,
se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas.
Todo lo dicho es mi deseo».
- El sastre:
«¿Dejo
mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás.
Se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas.
Todo lo dicho es mi deseo».
- Los jesuitas:
«¿Dejo
mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás.
¿Se pagará la cuenta al sastre? Nunca, de ningún modo. Para los jesuitas
todo. Lo dicho es mi deseo».
- El juez todavía pudo añadir otra interpretación:
«¿Dejo
mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco. Jamás se
pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas.
Todo lo dicho es mi deseo».
Así que el señor juez, ante la imposibilidad de nombrar heredero, tomó la siguiente decisión: «... por lo que no resultando herederos para esta herencia, yo, el Juez me incauto de ella en nombre del Estado y sin más que tratar queda terminado el asunto»
miércoles, 19 de diciembre de 2018
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