NUESTRAS HISTORIAS


UN ANCIANO SABIO Y CAPERUCITA

      Paseaba Caperucita por el bosque de los abedules cuando se encontró con su amigo Peter Pan y le contó que quería viajar y descubrir el mundo para conocer distintas culturas.
 
      En uno de sus viajes se encontró con un anciano sabio en el desierto del Sáhara, en África. El anciano vivía en una cabaña aislada en el desierto y Caperucita tenía muchísimo calor, por este motivo, pidió al anciano que si se podía meter en su cabaña para refrescarse y tomarse un vaso de agua.

-Claro chica, entra-le dijo el anciano amablemente .
-Muchas gracias-dijo Caperucita .
Caperucita entró y descubrió que… ¡La cabaña era muy espaciosa! Los dos se tomaros dos vasos de agua .
-¿Cómo te llamas?-preguntó el anciano sabio .
-Me llamo Caperucita-respondió Caperucita muy tímidamente .
-Yo… Serafín. Sí, Serafín- le repitió dos veces sin pensarlo.

      Empezaron a conversar y el anciano le contó a Caperucita que al otro lado de la cabaña había un pozo de agua donde ella se podía lavar todas las mañanas, siempre que quisiera. Después de hablar un largo rato Caperucita le dijo que tenía que irse y se despidió de él.

      Todos los días pasaba por la cabaña del anciano y se quedaba a charlar con él un rato pero... Llegó el día de la gran despedida. Caperucita se despidió de Serafín para surcar otro mar, visitar otros lugares del mundo y volver a casa porque ya empezaba a echar de menos a su familia. A Caperucita le encantaba ese desierto pero se tenía que ir y volver a casa. Con un poco de pena se despidió del anciano y se puso en camino.

      Cuando llegó a casa le contó a su familia que había visitado muchos lugares y que en todos ellos había encontrado buenas personas, esas que nos hacen la vida más fácil y mucho más bonita.

                                                    Sofía Metni Medel  enero 2019

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